Sobreviviendo al rol de líder introvertido

6 A.M, no me he terminado de despertar y las preocupaciones por las tareas del día comienzan a rondar mi mente como el primer pensamiento de la mañana. Con el primer café del día y el desayuno en el escritorio comienzo a revisar los mails, hacer mi lista de pendientes y sobre todo y lo más preocupante ¿cuántas reuniones tendré el día de hoy? ¿debo decir algo? ¿esperarán que hablen o solo debo escuchar?

Antes solo debía sentarme en mi computadora y hacer lo mío, es normal que los introvertidos busquemos profesiones y trabajos en los que nos sintamos cómodos y con pocas interacciones o quizás esos trabajos y esas carreras nos encuentran a nosotros mucho antes de elegirlas; ahora me encuentro en un mar de tareas dónde más de la mitad me obligan a preguntarme ¿lo estaré haciendo bien? Han pasado seis meses, literalmente medio año desde que asumí con todo el temor del mundo el rol de liderar un equipo, se dice fácil, se debería contar con orgullo y no con temor pero, ¿Qué implica emocionalmente para una persona introvertida social ser el centro y responsable de un área? ¿están las empresas y el mundo empresarial correctamente adaptados a que los introvertidos tomen estos roles? ¿estamos nosotros convencidos de que realmente podemos cumplir con lo que se espera de nosotros? ¿Por qué nos cuesta encontrar un referente de quién podamos guiarnos? y tener la certeza de que no hacer las cosas como el resto no significa que este mal. Les diré porque…

Aunque el mundo mucho hablé de los beneficios de contar con personas introvertidas en tu equipo de trabajo o incluso con lideres y jefes introvertidos, pocos espacios de trabajo tienen una cultura orientada a entender y brindar un espacio organizacional seguro para quienes tienen o prefieren menos interacciones sociales, o formas de comunicarse diferente.

Y sí que muchas personas lo entienden y ayudan a que el proceso de otros sea más sencillo en el bullicioso mundo corporativo, pero a su vez, tenemos tan pocos referentes de ´otros como nosotros´ que terminamos pensando que hacer todo distinto o no ser capaces de lograr ciertas cosas de la forma ´que el resto del equipo puede hacerlo´ significa que lo hacemos mal, que no aportamos lo suficiente o que debemos esforzarnos más no por ser mejores, sino por ser más como ellos. ´los extrovertidos´, los que si tienen más soltura para contar sus ideas, aquellos que espada y diente si pueden defender su punto de vista, ellos que siempre saben que responder, que aportar…mientras nosotros aún estamos procesando la información.

Les contaré algo, en este medio año de ansiedad laboral, porque eso es lo que provoca la incertidumbre he llegado a entender que la mitad de los problemas me los he inventado yo misma, en una autoexigencia por cumplir un estándar que consideramos es el ´ideal´; la otra mitad viene de falta de procesos y estructuras que tienen las empresas para hacer que los introvertidos hagamos parte,  aunque las personas hoy son mucho más abiertas a entender que no todos funcionamos de la misma manera, las estructuras y los procesos no han cambiado para adaptarse a ello sumergiéndonos en un mundo empresarial que no funciona a nuestro ritmo y haciéndonos creer que debemos esforzarnos más por seguir su paso.

Este articulo es una re-escritura de un post anterior dónde hablaba del ´lado abrumador de las cualidades silenciosas´, tras terminar el libro de Jennifer B. Kahnweiler “El líder introvertido” prometí traerles una segunda versión con un enfoque más positivo, sin embargo, quiero extenderme dividiendo este post en 2 pilares importantes.

Número uno, entender en que somos buenos y que no, que hacemos diferente a los extrovertidos y que tareas nos suponen un esfuerzo extra. Y numero dos, quiero derribar un par de mitos sobre “cosas que los introvertidos pueden hacer para sobrellevar la vida en la oficina”, son consejos que comúnmente te encontrarás en la red, y si bien algunos aportan algo que nos sirve de escapatoria realmente estos no serán útiles hasta que las empresas comiencen a adoptar como ´normales´ otros procesos de comunicación. Y en tercer lugar contarles desde mi experiencia, aquellas cosas que en su momento me han funcionado para liderar desde un lugar más silencioso. El post no pretende aportar una mirada ni positiva, ni negativa frente al asunto, solo una exposición de los hechos y experiencial personal.

Entendamos en que somos buenos y que nos supone un esfuerzo extra dentro del mundo corporativo.

Los introvertidos somos buenos escuchas; solemos tomarnos más tiempo para procesar las ideas y pensamientos antes de hablar y somos realmente directos al hacerlo, esto quiere decir que no hablamos mucho, pero cuando lo hacemos es porque realmente tenemos algo que aportar, es difícil perder el tiempo en una reunión con un introvertido que ha practicado exactamente lo que viene a decir.

Profundizamos, a veces demasiado antes de plantear una idea o solución. No se trata de punto a favor o en contra, a veces profundizamos tanto lo que vamos a decir que terminamos por no decir nada, seguro que en algún caso puede resultar favorable que alguien se haya tomado el tiempo de ver todos los escenarios posibles.

No dejamos nada al azar, precisamente porque no nos gusta ser el centro de atención, evitamos los imprevistos ya que aquellas situaciones para las que no estemos preparados suelen ponernos incomodos, esto resulta en un aporte positivo de prepararnos siempre con antelación.

Damos más crédito al equipo que a nosotros mismos, retomemos que no nos gusta ser el centro de atención y no tenemos una necesidad del ego de ser reconocidos en público por ende estamos más abiertos a ser a todos participes del éxito. Conocemos y respetamos la importancia de ´corregir en privado, felicitar en público´, somos intuitivos y empáticos por lo que cuidamos emocionalmente de nuestro de circulo y equipo de trabajo.

¿Qué supone un esfuerzo extra para los introvertidos en el bullicioso mundo laboral?

Comunicación y reuniones.

Hay bastantes pruebas de que los introvertidos y los extrovertidos piensan de forma diferente. Los extrovertidos tienden a pensar en voz alta y con rapidez, mientras que los introvertidos piensan más despacio y en silencio; esto es si mismo no es un problema. El problema parte de que las estructuras organizacionales no están hechas para afrontar estos comportamientos, es cómo si a un zurdo le dices que está bien que escriba con la otra mano, no tiene nada de malo pero todos los pupitres del salón están hechos para escribir y apoyar del lado derecho ¿coherencia?

En un mundo organizacional dónde todo es para ayer, la comunicación tiende ser igual de espontánea y rápida, se espera de nosotros respuestas inmediatas y en directo, incluso si no se espera que resolvamos el problema en el momento si espera una respuesta o algún aporte comunicativo en un momento en el que quizás aún estamos procesando la información.

¿Esto en que termina convirtiéndose para un introvertido social? En un problema de ansiedad comunicativa, al menos desde mi experiencia personal antes de que la otra persona termine de hablar ya estás preocupado preparando tu posible respuesta, si se trata de una conversación dónde todos deben aportar su opinión, cuentas regresivamente cuantos han hablado y cuántos faltan para que te den la palabra, además intentas decirle a tu mente que ponga en orden una serie de palabras con sentido lo más pronto posible porque el reloj corre y antes de que te des cuenta será tu turno y aún no terminaste de escuchar nada de lo que se dijo porque te invadió la preocupación de lo que debías decir tu después… ¿resultado? Aporte: cero Estrés y ansiedad: 2

Sobrecarga social/emocional.

Recuerdo cuando vivía una vida tranquila en la que sólo debía hacer mi trabajo. Los procesos en las organizaciones están construidos para resolver todo “hablando”, para todo existe una reunión y si no sabemos que hay que decir nos reunimos para “pensarlo juntos”, esto supone al final del día una sobrecarga de interacciones que resultan agotadoras emocionalmente, no estás cansado de hacer tu trabajo, estás cansado de enfrentarte cada dos horas al estrés comunicativo antes mencionado que acarrean cada reunión a la que te ves convocado en tu calendario de actividades.

Los introvertidos somos buenos en la reuniones uno a uno, con objetivos claros y una preparación previa, estoy segura que la mayoría de las compañías podrían reducir el 50% de sus reuniones en un mail o a una estructura de comunicación diferente que no suponga una sobrecarga de estres social a sus equipos.  A los extrovertidos tampoco les gustan las reuniones, a nadie, pero estoy segura de que no terminan el día hundiéndose a sí mismos, porque otra vez tuvieron 3 oportunidades en las que sienten que se esperaba “más” de ellos y no dijeron absolutamente nada.

Ser escuchados y solucionar conflictos interpersonales.

Eso de “todo se soluciona hablando” y “todo es negociable” suena muy lindo dicho por quién tiene la habilidad de la palabra y convencimiento; los introvertidos evitamos conflictos a toda costa, al ser analíticos y profundos tenemos una tendencia a ser comprensivos con otros puntos de vista por lo que a su vez somos poco impositivos o demandantes, vuelvo y digo, esto en si mismo no es un problema, pero los procesos y las narrativas sociales instaladas en el chip común dicen que esto es terreno de “la supervivencia del más fuerte”, terminando por apagar la voz de quién no tiene energías de seguir debatiendo.

Dos principales mitos sobre lo que un introvertido puede hacer para sobrellevar el mundo laboral.

 

Evita sobrecargarte de reuniones y opta por mandar un mail.

A parte de otro introvertido, no se quién leería un mail tan largo como este post. Que tu tengas la iniciativa de hacer esto, que dos o tres personas de tu equipo comprendan que que tu forma comunicativa fluye de manera y a ritmos distintos no significa que las empresas estén listas y preparadas para afrontarlo; lamentablemente rige lo que se adopta a ´la mayoría´ y para ellos, la mayoría resulta más fácil la comunicación oral  y en tiempo real, por lo que aunque trates de evitarlas el 70% de esto depende más de los procesos de las compañías que de ti mismo.

 

Cuando debas asistir, ve preparado a las reuniones.

Cuando sabemos a que vamos a una reunión y que se espera de nosotros podemos prepararnos con antelación. Es un lindo consejo, pero no se en que trabajará esa gente, en mi experiencia el 65% de las reuniones nadie sabe a qué va y luego de irse tampoco saben para que fueron. Nada incomoda más a un introvertido social que la incertidumbre.

El otro 35% de las reuniones se basan en lluvia de ideas o resolución de problemas en directo y en tiempo real, lo que supone un problema al no dejarnos un margen de tiempo y espacio para procesar correctamente la información que estamos recibiendo.  ¿se habrán planteado las empresas alguna vez hacer una lluvia de ideas en una cadena de mail, en un documento colaborativo? Botando ideas, un brainstorming en un documento compartido aún en tiempo real pero con interacción por escrito puede resultar interesante para aquellos miembros del equipo con menos tendencia a hablar en público.

 

Tanto el libro de “líder introvertido” como muchos recursos que encuentres en la red te aportarán seguramente estos y muchos más tips para afrontar la situación, pero traigo a resaltar los dos anteriores porque ejemplifican muy bien mi visión de que este no es un problema que resolvamos individualmente quienes nos sintamos identificados con este rasgo de personalidad introvertida, esto es algo que se resuelve desde los procesos y las políticas organizacionales buscando soluciones laterales para la comunicación y la integración de los equipos, siendo consientes e inclusivos con cada forma de pensar y procesar la información, entiendo que el decir “las personas introvertidas pueden ser buenos lideres” no hace para ellos el camino más fácil si no se cambian e implementan nuevas maneras de hacer las cosas, brindándoles esos espacios de oportunidad e integración en otras formas de comunicación.  Los libros y los artículos sobre lideres introvertidos y como los introvertidos hacen parte del mundo laboral apuntan a que nosotros somos quienes debemos buscar formas de adaptarnos a ´cómo funciona el mundo´ ¿Por qué no se ha planteado el mundo que también puede cambiar un poquito? No desde la palabra sino desde hechos contundentes y cambios de actitud y procesos.

¿Cómo he sobrevivido al rol de líder introvertido??

Honestamente no se si lo he logrado, y si lo he hecho créanme que es arrastrando esa pesada carga de ansiedad social; ahora bien no todo es negativo. Si algo tenemos a favor los introvertidos es nuestra intrínseca capacidad analítica e introspectiva que nos lleva a escribir y a repensar todos estos procesos, ojalá y esta experiencia sirva a algún otro introvertido cibernauta perdido en el mundo adulto.

3 cosas que descubrí que podía hacer como introvertida para liderar desde un lugar más silencioso.

El mundo se cambia una persona a la vez.

Si bien no depende de mí cambiar los procesos de todas las compañías en el mundo,  puedo cambiar el mundo de las personas que trabajan junto a mí. No tarde en darme cuenta quienes tenían más nivel de extroversión que otros, que canales de comunicación les iban mejor a algunos, que intereses tenían, la ventaja de liderar un equipo es que es tu equipo, la forma cómo quieras comunicarte con ellos depende de ti, ahora la pelota está en tu campo y puedes tomarte ciertas libertades para experimentar formas diferentes de hacer el espacio más cómodo para todos.

 

#1: Lluvias de ideas interactivas y documentos colaborativos.

Cada quién tiene la libertad de exponer sus ideas como se sienta más cómodo, cuando nos enfrentamos a retos que deban resolverse entre varios miembros del equipo, suelo preparar un mapa mental en alguna aplicación colaborativa como Miro, vuelco allí mis ideas, referencias, indicaciones y sugerencias; hacemos una pequeña reunión solo para poner al equipo en contexto de la situación y explicarles todo lo que ya he volcado en el mapa, a partir de allí cada quién tiene la libertad de sumar al documento durante algunas horas del día las ideas que vaya teniendo, comentar sobre las ideas de los demás, sumar fotos, videos, comentarios y cualquier cosa para explicar su idea, al final del día escogemos una solución debatiendo por escrito en grupo, si no quieren sumar la idea al mapa y quieren enviarla por mail también suma a la ronda de ideas.

El espacio escrito les da la posibilidad de encontrar soluciones por separado y que se sientan cómodos de contarlas, a veces incluso no se sabe de quién es la idea que está allí hasta que llegamos al punto de debate final, y el tiempo nos da  la oportunidad de interiorizar el problema antes de pasar tiempo debatiendo sobre algo de lo que nadie ha investigado ni interiorizado previamente, de esta manera ahorramos tiempo de conversación, nos centramos en lo que de verdad importa que es aportar y permitimos que los miembros del equipo que son menos dados a la interacción social puedan aportar la misma cantidad de ideas y alternativas que el resto.

 

#2: 1:1

No todo puede, ni debe discutirse en grupo la mitad de las cosas que a una persona en verdad le preocupe, no va a exponerla ante otro grupo de personas, introvertido/extrovertido el ser humano es por naturaleza inseguro de sus inseguridades, crear espacios individuales para el feedback y la retroalimentación es igual de importante que saber escuchar. Creamos espacios seguros y compartimos un café virtual cada 60 o 90 días para simplemente hablar de ¿cómo nos sentimos? ¿Qué nos preocupa? Sin ningún juicio ni formalidad, esto nos da la oportunidad de crear equipos más unidos que funcionan como una red de contención. Personalmente el match y afinidad personal que tengas con tu equipo es lo que hará la diferencia en el desempeño y amor que le pongas a lo que haces; el trabajo dónde más aprendí y más disfruté lo que hice no fue el más grande, fue aquel en el que las personas eran mi red de apoyo, eso te da la libertad de lanzarte al agua con lo que te vengan en mente, y es la única forma de avanzar; confiar en tu equipo.

 

 

#3: Un boletín para iniciar la conversación.

Si algo nos cuesta a los introvertidos es ser quién lideré la conversación del grupo, cuando empecé a encontrarme con temas que debían debatirse en equipo, falencias o mejoras que debían plantearse me encontré con una gran problemática ¿Cómo hablo de esto? ¿cómo es que ahora me toca a mí liderar la reunión? Una alternativa fue crear un boletín mensual con algunas notas ´inspiradas´ en temas que durante el mes iban surgiendo o consideraba interesante de que se hablaran para plantear mejoras, de esta manera podía empezar la conversación preguntándoles ¿y que les pareció el boletín de este mes?  En lugar de tener que explicar yo cada tema, hacemos la conversación más corta y directa, además los otros introvertidos del grupo se sienten más cómodos respondiendo a una pregunta concreta que ya saben que van a recibir, que haber convocado a una reunión para hablar de ´mejoras que se pueden implementar´ y llegar con la hoja en blanco.

 

Algún día el mundo dejará de ir tan rápido y entenderemos el verdadero valor del factor emocional dentro los equipos de trabajo, antes que ninguna otra cosa, humanos.

No es imposible implementar pequeños cambios en la estructura de comunicación y en los procesos creativos, crear ambientes más flexibles y menos volátiles ayudará a que otras personas con formas y niveles diferentes de comunicación no sientan que deben esforzarse el doble ´que la gente normal´ para ser parte del juego.

Llegar a este punto de la ecuación no fue nada fácil porque nos faltan referentes, nos faltan estructuras, nos faltan ejemplos para no creer que debemos esforzarnos el doble. Nos falta creer más en nosotros mismos, pero las narrativas y procesos ´que siempre se han hecho´ no colaboran a que esto ocurra. Que esta historia e ideas sirvan a alguien más en la misma encrucijada, que pasito a pasito vayamos cambiando el mundo, un mundo a la vez.

 

Gracias por leer,

 

 

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