“Es como las mariposas: salen a jugar cuando hay quietud y silencio, pero ante cualquier movimiento abrupto se esfuman." -Andrew J. Smart
Como si el mundo industrializado, e hiperproductivo no hubiera estado ya lo suficientemente cerca de desdibujarnos como seres humanos; la digitalización y el teletrabajo ha comenzado a borrar todo rastro de espacio y tiempo de ocio.
La facilidad de estar conectados garantiza de alguna forma que estaremos disponibles las 24 horas para atender solicitudes de trabajo, no existe espacio físico o barrera alguna que nos impida trabajar en cualquier momento o lugar. Esto ocasiona que la mente jamás pueda descansar, incluso se siente como si jamás dejas de trabajar. ¿Esto es productivo? ¿O realmente estamos ocasionando un efecto contraproducente en nuestras capacidades de desempeño?
Me pregunto como fue que adquirimos la creencia de que trabajar más es ser más productivos, ser más productivos es ser más exitosos, ser más exitosos es tener más, tener más es ser más felices…y así el interminable bucle del ´sistema´. Sistema que funcionaba aparentemente bien en sus inicios de la revolución industrial y los comienzos del capitalismo. Capitalismo mismo que viene plateando hace unos años que trabajar más no es la solución sino trabajar inteligentemente, para hacer más en menos tiempo; aunque la intención de este ejercicio de administración del tiempo es disponer de más tiempo para hacer más cosas y seguir generando más. ¿Caótico? Pero real amigos míos, vivimos en un mundo que les aterra no hacer nada, el ocio es el enemigo numero uno del éxito, ‘hay que mantener la mente ocupada’, ´póngase a hacer algo´, ´no sea ocioso´ ¿Por qué llegamos a satanizar el ocio cómo el peor monstruo de la sociedad actual?
A mi misma, me ha tomado años plantearme la pregunta. Recuerdo cuándo tenía 11 o 12 años alguna película habré visto de una mujer exitosa corriendo por las calles de New York, paraba a comprar café y un desayuno rápido porque se le hacía tarde para llegar a la oficina, vivía una vida ajetreada, pero era una mujer exitosa en alguna agencia de la gran ciudad; desde entonces ese fue mi sueño… Ahora lo veo aterrador, más que aterrador que a los 12 años soñará con no tener tiempo, ni espacio; pero la cultura de la productividad nos vende eso cómo el sueño de éxito y lo ¡compre completico!
Para nuestra sociedad actual es prácticamente una obligación moral estar tan ocupado como sea posible incluso cuanto más eficientes somos, mayor es la presión de producir. Cuando los computadores y los procesos digitales comenzaron a facilitar muchas tareas en las empresas se destinó ese ´tiempo libre´ para que los empleados realizaran nuevas tareas; paralelamente cuánto más rápido seas desempeñando tu labor más carga de trabajo van a ponerte. A lo largo de mis años laborales les aseguro que nada me carga más que escucharles decir “No entregues tan rápido o te van a mandar a hacer más cosas” “Mejor demórate” “Que no vean que eres rápida” porque entonces te estarás condenando a ti mismo a una carga laboral mayor “bajo el mismo sueldo, claro está” Cualquier empleado que pueda hacer su trabajo en la mitad de tiempo, significa que puede hacer el doble de trabajo, es un pensamiento de ogro pero realmente deriva de nuestra creencia de que el tiempo jamás debe perderse. Creencias que han sido inculcadas a lo largo de muchos años, y paradigma al fin que no será fácil de romper.
Durante los últimos años han resultado muchos estudios e investigaciones algunos apoyados en la neurociencia que explican cómo es de necesario el tiempo de ocio y reposo para el correcto funcionamiento del cerebro, la mayoría orientados en el sentido necesario para la salud mental y emocional. De esto se han aprovechado las empresas y los gestores eficientes de tiempo, los escritores de “Cómo organizar tu día efectivamente” para planificar “tiempos de ocio” en medio de nuestra agenda diaria ¿Tiempo de ocio planificado? Significa que el ocio es “importante” porque lo dicen los estudios y debemos darle un espacio en nuestra agenda de reuniones siempre que no reemplace alguna otra actividad importante, es decir que el tiempo de ocio se promueve, en realidad, como una manera de optimizar la productividad. ¿me siguen? Esto es una locura.
Hace un par de años comencé a comprender que ser tan hiperproductivo realmente me conducía a un estado mental de Off, peor aún …un gran Off emocional, conforme me volvía más workaholic, recibía más trabajos y era imposible parar, hasta que caes al vacío y sin frenos, la ajetreada vida que inconscientemente soñaba construir se materializaba destruyendo todo lo demás a su alrededor, pero mi eterna búsqueda del ser creativo me condujo a hacerme estas preguntas, a buscar en otros lugares las respuestas porque no podía permitirme ser una creativa sin ideas, ni inspiración, ¿que hace la productividad solita por allí si no tiene una energía que la direccione?
Nos provoca cierta inquietud pensar que el cerebro desarrolla una gran actividad mientras literalmente no hacemos nada; haber que para comprender el meollo del asunto hay que hacer la distinción entre ´tiempo de ocio´ el cual dedicamos a alguna actividad o hobby por puro placer cómo leer, ejercicio, jugar, etc. Y ´Tiempo de ocio´ en el que literalmente no hacemos nada; llamaré a este último “Espacio” como si habláramos de un lienzo totalmente en blanco, espacio libre.
Estar sentados sin hacer nada en actitud contemplativa no es algo que el mundo laboral moderno tolere; pero cuándo nuestro cerebro empieza a vagar, los contenidos de nuestro inconsciente se filtran en la conciencia generando nuevas conexiones. Cuando estamos constantemente ocupando nuestro cerebro en alguna tarea, una tras otra, tras otra no le damos ese ´espacio´ para que genere nuevas conexiones, para hacerse preguntas, para observar con atención plena. Lo vemos en todos los estudios y procesos de generación de ideas los “insight” o momentos de eureka se producen cuándo dejamos de pensar activamente en el problema, lo vivió Newton cuándo sentado en el jardín le cayó una manzana y dio pie a su primera idea sobre la ley de la gravedad, momentos de ocio son necesarios para la creatividad.
Andrew J. Smart tiene un interesante y cortito libro fácil de devorar sobre el tema «El arte y la ciencia de no hacer nada» Aquí explica más detalladamente como estudios de neurociencia han probado las conexiones neuronales que genera nuestro cerebro cuándo se encuentra en estado contemplativo, «Cuando holgazaneamos se establece una red amplia e inmensa en el cerebro que empieza a enviar y recibir información entre las regiones que la constituyen. Es como las mariposas: salen a jugar cuando hay quietud y silencio, pero ante cualquier movimiento abrupto se esfuman»
A medida que la digitalización nos consume y nos sumerge en un estado de hiperproductividad 24/7 debemos encontrar espacios, espacios nuestros, propios, espacios mentales, espacios creativos, espacios de ocios, espacios que nos conduzcan a hacernos preguntas, inclusive la búsqueda de espacios físicos que nos conduzcan a esas respuestas. ¡Los creativos necesitan espacios! De todos las formas y colores. y también ¡Espacios de opinión, espacios de compartir y debate!
Yo acá rebeldemente queriendo ocasionar revoluciones, fragmentando creencias mientras busco mi propio espacio de creación.
Los leo 😉