8 vuelos, 3 países, 7 ciudades, más de 40 horas de viaje por carretera y 13 diferentes casas para vivir, es todo lo que puedo contabilizar de cambios en mi último año y medio; para un viajero puede parecer poco, para una persona cuya vida lleva una rutina establecida puede parecer mucho y es en esa delgada línea del medio dónde nunca termine de encontrarme.
Por tentadora que parezca la idea de viajar y conocer el mundo cómo estilo de vida mientras trabajas de manera remota, “El mundo será tu lugar de trabajo, ningún día será como otro, nunca te aburrirás, conocerás lugares y personas increíbles, alimentará tu curiosidad….” Nunca olvides estás dos cosas; todo el mundo habla desde su experiencia y además ten en cuenta que cómo todo en la vida; renunciaras a unas cosas a cambio de otras. Sigo pensando que todos deberían y ojalá puedan tener la oportunidad de probarlo alguna vez… Cómo dijo Jim Carrey: «Espero que todos puedan volverse ricos y famosos y tener todo lo que soñaron, para que se den cuenta de que esa no es la respuesta.»
Hoy en día instagram idealiza mucho la vida de las personas y el ser ´nómada digital´ parece un tesoro por alcanzar quizás no para todos igual de tentador, pero para muchos aventureros con sed de descubrimiento seguro que sí. Pero, no sólo se trata de si nos va a gustar o no, también se trata de si ´estamos preparados´. En la vida, cómo en los grandes proyectos debemos de medir no sólo nuestra capacidad económica, o recursos físicos para llevar a cabo determinado plan, también debemos empezar a medir si tenemos los recursos emocionales para afrontar los retos que vienen junto a nuestras ideas.
Desde que emigré de mi país siempre perseguí el sueño de vivir viajando, eh allí la razón y existencia de este blog, pero además quería hacerlo mientras lleva a acabo una serie de proyectos creativos personales; ese plan se armo, desarmo y transformó durante varios años hasta que los planetas parecieron alinearse y darme la oportunidad de empacar y comenzar la travesía. El plan además de viajar por varios países de sudamérica por dónde pudiera transitar libremente algunos meses, incluía grabar y documentar los procesos creativos de proyectos de arte, emprendimientos y circuitos de la economía naranja que había ya mapeado en algunas capitales y ciudades que quería conocer, no sólo quería descubrir el país culturalmente, sus paisajes o su gente, quería entender cómo pensaban, quería aprender de lo que otros hacían en otros lugares, quería ser una gran esponja de las ideas que más me atraían de cada lugar, lo que me movía a viajar, era descubrir ideas y entender de dónde venían. Una vez en la ruta, mochila al hombro, cámara en mano; el proyecto era ambicioso pero tenía todo para conseguirlo…y aun así, nunca vió la luz.
Para viajar, cómo emprender un proyecto necesitas el equipo más importante; tú.
En todas las veces que arme y re arme el plan, nunca había considerado la posibilidad de que aún con todas las ideas en la palma de mi mano y con las oportunidades justo frente a mí me quedaría totalmente muda, con la mente en blanco, tenía mi sueño parado frente a mis ojos y yo era incapaz de verbalizar mis ideas, todo el proyecto que había idealizado por años se venia abajo porque era incapaz de contarlo, porque me gano la ansiedad social por ´una simple timidez´.
Recuerdo que en varias ocasiones fui a visitar los lugares cuya historia quería conocer y contar, cuyos procesos me interesaba descubrir, solía entrar y observar por un par de horas, luego salía sigilosamente cómo si nunca hubiera estado allí, cómo el paso de un fantasma apenas diciendo gracias, no importaba cuántas veces lo hubiera ensayado en mi cabeza, era imposible ordenar las palabras en una oración con sentido. Después de varios intentos entendí que no sería capaz de llevar el proyecto a cabo, no tenía un interlocutor que tradujera mis pensamientos y los hiciera sonar en palabras, debía hacerlo yo y hasta ahora no había aprendido cómo. A partir de allí, se frustró todo el viaje, se desmoronó el sentido de la travesía, se convirtió en una experiencia frustrante, cada ciudad a la que llegaba, cada casa, cada hostel se convertía en un examen de prueba ¿que tan sociable sería esta vez? ¿hablaría con alguién o estaría siempre en una esquina evitando ser descubierta? ¿si no era capaz de saludar al resto de viajeros, sería capaz algún día de contarle a alguien sobre mi proyecto?
Cada lugar al que llegaba era un oportunidad de re inventarme y volver a intentarlo, pero el resultado casi siempre era el mismo, con el tiempo intentar sacarte a ti mismo de tu zona de confort día, tras día se vuelve agotador. El viaje culminó tras un año y medio sin ningún éxito..o al menos eso creía yo.
¿Fracasé cómo Nómada Digital?
3 aspectos del nómadismo Digital que pueden no ser para todos.
“Ningún día será igual a otro” o lo que es lo mismo, ´out of comfort zone´
El ser humano tarda aproximadamente 90 días en formar un hábito, por lo que si cambias de ciudad o país con más frecuencia que esa mantendrás a tu cerebro en un constante estado de alerta, esto puede parecer un entrenamiento creativo interesante pero, ¿estamos preparados emocionalmente para someternos a tal exigencia? Estar constantemente fuera de la zona de confort requiere esfuerzo y tolerancia a la frustración y todas estas cosas requieren de un pilar muy importante para que cualquier viaje o proyecto pueda tener éxito…
“Aprende a conocerte a ti mismo y tus límites”
Hay algo más importante que el viaje, que el plan y que el proyecto que decidas empezar, el único que puede llevar tu idea al éxito o al fracaso; eres tú.
Tus miedos se empacan junto con las medias impares, tus problemas sin resolver van junto a los abrigos, esos ocupan mucho espacio, tu motivación y tu resiliencia van al fondo, con las cosas pesadas y tus inseguridades y tu ego van al tope de la mochila.
Conocerte y aceptarte con tus luces y sombras determinará que tan lejos y que tanto éxito tendrá tu proyecto. Todos estamos destinados a brillar de manera diferente y eso es hermoso, pero encontrar ´tu manera´ no siempre será sencillo. Viajar sola te convierte a ti misma en el proyecto más importante, te permite construirte a base de retos, a base de incertidumbre y a base de tus propios fracasos, es verdad que ningún día será igual a otro pero también debes saber reconocer con que frecuencia puedes empujarte al límite, la zona de confort también se llama zona segura por una buena razón.
“Nunca te aburrirás” Siempre hay algo nuevo por explorar.
Hace mucho tiempo escribía otro post dónde mencionaba cómo estos mismos puntos eran un plus para la creatividad, mantenernos vibrando constantemente en esa línea de exploración hace que podamos generar nuevas conexiones neuronales con facilidad, siempre hay algo que hacer, algo que conocer, algo que descubrir, esto cómo seres humanos nos mantiene motivados. Pero….,¿nadie habla de lo agotador que resulta planear que hacer todos los fines de semana porque probablemente en unos días ya no estés en ese lugar? Viajar es hermoso, pero requiere un mínimo de planeación y mucha disposición de levantarte todos los días con ganas de hacer algo nuevo; ni hablar del remordimiento de quedarte un día en cama haciendo nada cuándo hay ´todo un mundo allí afuera´. Aburrirse también es sano, no hacer nada también es necesario, el único momento en que podemos realmente procesar todas las experiencias y sensaciones nuevas es cuándo paramos.
Después un año y medio con esta vida intermitente entendí que si quería ejecutar un proyecto, trabajar remoto, tomar clases y además turistear en cada ciudad necesitaba que el tiempo pasará más lento, era imposible hacerlo todo. Por temas de visado la mayoría de nómadas digitales suelen estar en 3 a 6 meses por país, salvo aquellos que prefieren el slow travel y trazan sus planes a un año por estadía aproximadamente, aún así siempre sentí que era una carrera entre ´el aquí y ahora´ y ´la próxima parada´
“El que viaja solo nunca está solo”
Hay algo por lo que el proyecto fracasó antes de existir y algo por lo que los viajes pasaron de ser una experiencia gratificante a casi una crisis, en ambos casos ninguno podía completarse sola, como casi todo en la vida necesitamos, crecemos y expandimos nuestros horizontes en el contacto e intercambio con los otros, es por eso que para emprender un proyecto una persona necesita hacer networking, necesita contarles a otros su idea; y en un viaje es importante que estés abierto y sepas relacionarte con otros, porque probablemente personas, es lo que más vas a conocer; de hecho dicen que cuándo uno viaja solo “nunca está solo” porque los viajeros se acompañan entre sí, crean sus propias tribus su propia comunidad de los que viajan solos y entonces están todos juntos, es lo que enriquece realmente la experiencia, viajar emprendiendo un proyecto es probablemente una buena forma de tener ´éxito´ porque conocerás muchas personas, algunas de ellas incluso resonaran con tu idea, colaborarán contigo, intercambiaran otras ideas y lo enriquecerán… pero, ¿Y si no sabes que hacer cuándo eso ocurra?,
Recuerdo que muchas veces sentí que había entrado por error a alguna reunión de “extrovertidos por el mundo». La gente que viaja en general vibra en una sintonía muy similar, la de querer conocer, explorar y compartir esto hace que inevitablemente al encontrar otras personas en la misma sintonía se genere una red de conexiones con tus ´pares´. He visto nómadas digitales hacerse socios, cómplices, clientes, mentores unos de otros, puede que a muchos, esto le funcione y logran sacarle un máximo provecho a sus viajes no sólo cómo una actividad turística, pero hay a quienes les puede costar un poco más, hay para quienes crear estas redes o conexiones toma mucho más tiempo que el promedio, para quienes iniciar una conversación o involucrarse en un grupo de personas por similares que sean les toma más tiempo, a veces más tiempo del que incluso estarán en esa ciudad.
Ser o no Ser.
Entonces, ¿Es el fin nómada creativa?
Tras un año y medio de intentar y fallar, comprendí que por hermoso que pueda parecer esta experiencia no deja de tener sus retos, muchos para los cuales debemos preguntarnos si ¿estamos realmente listos para afrontar? Si el dilema fuese ´Ser o no ser nómada digital´ diría que antes de empacar pregúntate ¿que estás dispuesto a hacer por ´la vida de tus sueños?´ y si ¿tienes todas tus herramientas emocionales para lograrlo?
He leído muchas historias de viajeros que en sus procesos de ´descubrimiento´ y ´sanación´ el viaje les aporta claridad, es una increíble herramienta de descubrimiento personal indiscutiblemente, sin embargo el lado nómada de este blog se tomará una pausa de los viajes para recuperarse de los últimos episodios de ansiedad social y depresión, resultado de las exigencias del viaje y mientras le doy forma a los proyectos que quedaron a mitad de la ruta, desde mi nuevo hogar. No es un fracaso, siempre que podamos aprender de ello.
Cómo siempre esto no deja de ser más que una reflexión personal, una recolección de experiencias y aprendizajes puestos en estos párrafos en caso de que algún viajero perdido lo necesite leer.
Y a todos los que viajan buscando dar solución a las dolencias de la vida, recuerden que no son vacaciones, todo lo que tienes, viaja contigo.
Ser o no ser… He ahí el dilema.
¿Qué es mejor para el alma? – HAMLET
Woao me encantó tu post, es una reflexión cargada de mucha honestidad. Te abrazo Deisy 🤗 Gracias por compartir tu experiencia de viaje.