La fotografía como terapia en medio del viaje.

“Nunca lo hubiera imaginado, hasta que tuve que hacerlo”

Representar mis emociones y sentimientos más profundos en una fotografía era la mejor forma de drenar, de hacer lo invisible un poco más visible, de interiorizar sobre los procesos internos por los que estaba pasando, si conseguía mostrar en una fotografía todo lo que en palabras no podía decir, al terminar de tomarla…se había ido toda la carga emocional, desaparecía y podía sentirme emocionalmente más estable.

Desde que tuve una cámara en mis manos por primera vez supe que quería hacer fotos (si no el resto de mi vida, al menos durante muchos años) pero por mucho tiempo no encontraba mi lugar tras el lente, sabía que la fotografía de arte, de moda, arquitectura, era hermosa, pero carecía de sentido para mí. Yo necesitaba generar una emoción, o quizás plasmarla y dejarla ir.

Un contenedor de emociones, no sabía aún hasta qué punto la fotografía podía guardar relación con la psicología o con la terapia, hasta que hace 8 años me vi envuelta en situaciones donde era incapaz de identificar y peor aún comunicar mis emociones, pero había un acto que era recurrente en mí; cuando una situación me asustaba, me generaba cierta incomodidad o cualquier emoción que consideraba ´fuerte´ simplemente me iba del lugar, me escurría de la situación, sacaba mi cámara, miraba detenidamente el entorno y buscaba con mucha pausa algo que llamara mi atención, entonces me absorbía completamente en el hecho de sacar una buena foto y todo lo demás parecía desvanecerse.

La fotografía hace que te sumerjas de tal manera en ese proceso mágico, que te olvidas de todo – Richard Avedon

Pero había un problema, aún no podía explicarles a las demás personas lo que estaba pasando, lo que había pasado o lo que estaba sintiendo.

Recuerdo que durante una discusión con mi pareja de aquel entonces el hizo una pausa, entendió que yo no tenía las palabras para explicarle como me sentía, me miro, saco la cámara de la mochila y me dijo “ten, entonces haz una foto. Si no puedes decirme lo que te pasa, muéstramelo” y desde ese entonces, cambie el sentido de lo que la fotografía era para mí. Descubrí que las personas podían intuir muchas cosas de ti a través de las fotos que tomas, a través del registro que dejas. Comencé a hacer composiciones, retratos y sesiones con modelos o amigos tratando de recrear escenas, intentando comunicar las cosas que eran importantes para mí, intentando responder a las preguntas que todos me hacían, al principio ignoraba un poco la técnica, la estética, no me interesaba que la fotografía fuera un poco cruda, me interesaba que su significado fuera real.

La fotografía con fines de autoexploración.

Creo que ser consciente de las imágenes que consumimos y creamos nos acerca un poco más a la autoexploración y el autoconocimiento. Durante mis viajes me percate de que hacer sesiones planificadas y recrear escenas con modelos y poses era bastante más complicado cuando estabas en continuo movimiento; además con tantos cambios ocurriendo alrededor era cuando más lo necesitaba. Comencé a explorar un poco más sobre cómo podía vincular la fotografía con las emociones, dejé de recrear las escenas y comencé a buscarlas en la calle, a retratar lo que estaba sintiendo a través de otros; entonces comprendí lo que decía Ansel Adams conocido fotógrafo estadounidense con su frase “Hay siempre dos personas en cada cuadro: el fotógrafo y el espectador” cuando decidimos que enfocar desde la cámara, que encuadrar y que dejar fuera más que por cuestión de estética, estamos diciendo que es lo que realmente es importante para nosotros.

La terapia desde la creación y desde la contemplación.

Si nos adentramos en conceptos más técnicos y en la forma en que la fotografía ha sido usada antes con fines terapéuticos, encontraremos no sólo ensayos fotográficos, series de autorretratos y proyectos en los que desde la mirada del fotógrafo se intenta retratar situaciones muy personales y muy duras, cuando utilizamos la cámara como un lápiz para contar nuestra historia, estamos hablando de la creación. Estamos hablando de la cámara como herramienta para exteriorizar todo nuestro mundo interior, estamos creando algo de forma consiente para representar o comunicar lo que estamos viviendo.

Hay muchos proyectos que son un claro ejemplo de esto, “The Battle We Didn’t Choose” es quizás uno de mis favoritos, un trabajo fotográfico de Angelo Meredino dónde retrato el día a día de la lucha contra el cáncer de mama de su esposa Jennifer, en su web puedes leer como este maravilloso proyecto nació porque “necesitábamos que nuestra familia y amigos vieran a lo que nos estábamos enfrentando cada día”

Pero la fotografía como herramienta terapéutica también va más allá de la creación. Muchas veces puede utilizarse como un medio para la reconstrucción de historias, para ordenar un poco el pasado, para conocernos y reconocernos a través del tiempo.

“Los retratos se convierten en espejos con memoria que nos sirven para observar el paso del tiempo”

Cuando exploramos en nuestros archivos fotográficos, creamos una línea del tiempo, evocamos emociones y sensaciones que creíamos olvidados, reconstruimos nuestro concepto del “Yo”. Entonces estamos hablando de contemplación.

Pienso que cualquiera puede aplicar la fotografía como una herramienta de catarsis emocional, no se necesita ser médico, psicólogo o fotógrafo simplemente una cámara. Descubrí que la fotografía podía tener un fin terapéutico porque lo sentí necesario, 6 años después comencé a leer sobre la “Fototrapia” y las técnicas aplicadas, estoy lejos de ser la persona indicada para explicarte las teorías y fundamentos de esta rama del arteterapia, lo que has leído hasta aquí es una visión muy personal de cómo yo decidí utilizar la fotografía para afrontar todos los cambios durante mis viajes y  mi rutina ordinaria.

Si te gusto el articulo comparte o comenta tu punto de vista ¿Cual es tu arma secreta dentro del arte para drenar tus emociones? ¿Conoces otros proyectos interesantes que nos quieras compartir?

Te invito a ver algunas de las composiciones en doble exposición que he creado para ilustrar este post Aquí.

Si te interesa conocer ejercicios de autoconocimiento a través de la fotografía no te puedes perder el lanzamiento de nuestro cuaderno de viaje «Me voy casa» una una iniciativa creada por más de 30 mujeres viajeras y colaboradoras, allí vas a poder encontrar algunos ejercicios fotográficos para que pongas en práctica durante tus viajes. Muchos de estos ejercicios se basan en los mismos principios que te he explicado aquí, crear con la fotografía para expresarnos y re-construirnos a través de lo que hemos documentado.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *